sábado, 11 de julio de 2009

LA DULCE PRINCESA Y SU CUMPLEAÑOS MÁS FELÍZ


Este relato cuenta la historia de dos personas que se aman, se quieren, se extrañan y se necesitan: una mujer muy bella y muy especial, y un hombre que quedó fascinado el día en que la conoció. Ellos se merecen compartir juntos una vida llena de felicidad.

En estas líneas el autor narra los acontecimientos que habrían sucedido hace cientos de años en un lejano reino en Europa. Un cumpleaños, una ausencia en ese día tan especial, un final feliz.

“Faltaban pocos días para el comienzo de la primavera. En el palacio comenzaban los preparativos para uno de los acontecimientos más importantes del reino: el cumpleaños de la dulce princesa.

Hablar de la princesa es expresar con palabras cómo es la mujer más hermosa del mundo, un ser muy especial. A veces, tanta belleza consigue que no alcancen todas las palabras del diccionario para describir a la princesa de nuestra historia. Ella reúne todas las cualidades de la mujer ideal y que cualquier hombre busca.

El cumpleaños de aquel año no fue un cumpleaños más para la princesa Ingrid. El mensajero del palacio le trajo una triste noticia: su amado caballero no estaría presente, pues se encontraba a muchas leguas de distancia y recién regresaría cuando comience la primavera.

Pese a que el estado anímico de la princesa no era muy bueno, el cumpleaños se desarrolló según el protocolo real. Los festejos comenzaron muy temprano. En los poblados del reino se realizaron festivales y desfiles en honor a la princesa. Toda la monarquía recibió el cariño de los pobladores, algo que es habitual en el reino. En uno de los carruajes de transporte que utiliza la escolta real trasladaron todos los obsequios para la homenajeada. Es tradicional que le regalen artesanías realizadas por los habitantes, las cuales son bien recibidas por la princesa. Pero ella agradece siempre los productos que son típicos en la región: el vino, el chocolate y el exquisito jamón crudo.

En el palacio se sirvió un almuerzo al que asistieron solamente los integrantes de la familia real. Durante toda la mañana y la tarde comenzaron a llegar los invitados provenientes de reinos vecinos, quienes se hospedarán en el palacio de verano que tienen los reyes, los padres de la princesa más hermosa del mundo.

Los invitados arribaron al palacio antes del atardecer. Los reyes y nuestra princesa recibieron los saludos de sus huéspedes de honor. La fiesta comenzó oficialmente con las estrofas de la Marcha de la Realeza, que fue interpretada a capella por el coro de la corte. No podía estar ausente en este magno acontecimiento la orquesta filarmónica real. Cada año, el compositor Johannes Igor Marschtroff compone las más bellas obras sinfónicas para homenajear a la familia real.

En los amplios salones se ubicaron las mesas en donde se sirvió el banquete. El chef del palacio preparó, entre otros platillos. ciervo al vino negro, jabalí asado, liebre con salsa de nueces, las ya tradicionales tartas de manzana y el pastel de nueces y pasas bañado en ron y que se sirve con chocolate fundido. Para beber, el rey reserva el mejor vino para compartir con sus invitados. En toda Europa no hay un vino mejor que se elabora en esta comarca. El secreto está en una vieja fórmula que la familia real guarda celosamente y que transmite de generación en generación a sus herederos.

Hasta aquí, todo es alegría. Los organizadores han hecho lo imposible para que todo resulte muy bien y lo han logrado. Pero la princesa Ingrid parece otra persona, ya no sonríe. Esa sonrisa que fue retratada por los pintores más importantes de Europa, y ese rostro ha inspirado a los escultores más renombrados para tallar en el mármol el rostro de la mujer más hermosa.

El protocolo real establece para este tipo de festividades que la homenajeada comience el baile junto a su padre. El compositor Marschtroff plasmó en los pentagramas para esta ocasión el vals “Una bella sonrisa de amor”. El estado de ánimo de la princesa era para preocupar a cualquiera de las personas allí presentes. El médico personal permanecía cerca por si acaso se produjera algún inconveniente con la salud de la joven Ingrid.

Y ocurrió lo peor: la princesa se desmayó. Varias personas se acercaron para auxiliarla, entre ellas su médico personal. Pero un hombre, a toda velocidad, recorrió todo el trayecto que va desde la puerta de ingreso al palacio hasta el lugar en donde se encontraba Ingrid. Ese nombre era nada más ni nada menos que Karl, el caballero de la vestimenta verde. El recién llegado regresó a tiempo para el cumpleaños de su amada. Y cuando la llamó por su nombre, la princesa recobró el conocimiento y su dulce sonrisa. Esta joven pareja fundió sus labios con un beso apasionado, ante el aplauso de todos los invitados.

El rey entendió que no era adecuado cumplir con lo que indica el protocolo y pensó en la felicidad de su hija: dejó su lugar al caballero para que comience el baile . Otro momento emotivo: ambos enamorados comenzaron a danzar el vals “Una bella sonrisa de amor”. Y bailaron, bailaron y bailaron. ¿Qué sucedió con la familia real y todos sus invitados? Se fueron casi de inmediato a penas comenzó la música. No quisieron interrumpir ese momento tan maravilloso que estaba disfrutando la princesa y el caballero.

Ingrid y Karl siguieron bailando hasta el amanecer. Los músicos se habían ido luego de la segunda obra sinfónica. No era necesaria la presencia de la orquesta, pues estos dos enamorados estaban tan felices que la música estaba en sus corazones y en sus labios. En toda la noche, no pudieron despegar sus miradas, parecían estar hipnotizados de amor. En toda la velada, hubo un muy breve diálogo. El caballero de la vestimenta verde le propuso matrimonio. La respuesta afirmativa de la princesa fue casi inmediata”.

Aquí termina este relato. Una vez más, el amor y la pasión han podido más que la distancia y que un desmayo por tristeza. Ambos enamorados se merecen toda la felicidad de mundo, según lo afirman quienes conocen a Ingrid y Karl.Y como se dice en los últimos renglones de los cuentos, “colorín colorado, esta bella historia aún no ha terminado”.


Autor: Pedro, el eterno enamorado


3 comentarios:

  1. Preciosa Historia de Amor, Muchas gracias por etiquetarme en ella, saludos, Rosita Caro

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  2. gracias amigo esta mas que super!!!! sos un poeta con categoría!!! felicitaciones

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